Inaccesibilidad y un salto de vértigo día a día en la estación de Ramón y Cajal.
nUn salto de vértigo es lo que tienen que hacer cada día visitantes, trabajadores y pacientes que utilizan la estación del hospital Ramón y Cajal. Donde después de una serie de reformas llevadas a cabo en el año 2014 donde se tomó la decisión de implantar tarima para elevar el andén, esto sigue siendo insuficiente, porque la altura a la que se encuentra el andén una vez estacionado el tren es de más de un metro con lo que personas con discapacidad tienen serias dificultades para bajarse en esta.
Una estación que desde el año 2006 se solicita que se repare y se adapte como se han realizado otras, como afirman usuarios de esta línea “no se va a arreglar hasta que alguien caiga a las vías”.
Sin duda se solicitan por parte de usuarios y partidos políticos que se realice una inversión para facilitar la movilidad en cumplimiento de la ley de accesibilidad que el pasado mes de diciembre es de obligado cumplimiento.
Instan que como se realiza en el sub urbano que en las cabinas sea mucho más accesible para acceder mediante rampas que desciendan o algún escalón alternativo. Expertos consultados afirman que dicha problemática tiene fácil solución constaría con elevar la superficie de las vías unos 0,30 centímetros y en vez de escalones la colocación de una rampa que descienda muy similar a los autobuses, además de agrandar la superficie del andén unos 10 centímetros de cada lado.
Pero esta no es la única protesta que esta estación presenta, en ambas entradas no dispone de rampas de acceso para personas en sillas de ruedas o caritos de bebé, señales táctiles próximas a las escaleras de acceso y los dispensadores de billetes no se encuentran accesibles para personas ciegas o deficientes visuales. Junto a esta serie de déficits que presentan, podemos observar como los trenes que circulan lo realizan con más de 12 minutos entre uno y otros y desde Príncipe Pío salen cada 15 minutos, algo que solicitan los pasajeros que se debe de solucionar “la cercanía ha empeorado desde hace unos años, huele fatal, el tiempo de espera es largo, muchas veces no hay calefacción en su interior y las continuadas averías no son muy creíbles”.
Ramón y Cajal es una estación de las líneas C-3, C-7 y C-8 de Cercanías Madrid, ubicada junto al Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. Forma parte de la línea ferroviaria Madrid-Irún.
Se encuentra en el barrio de Valverde del distrito de Fuencarral-El Pardo. Con lo que el vértigo que se pasa cura los malos ratos camino al hospital o al lugar de trabajo.
