A pesar de que la mayoría de los moradores del planeta lo ignoren durante toda su vida, lo cierto es que cuando se llega a este mundo se hace con fecha de caducidad. Cierto, casi nadie piensa en ello, al menos no hasta que uno se hace tan mayor que necesita de los cuidados y atenciones de aquellos que le rodean. Y es que, a la mayoría les aterroriza la muerte, por eso evitan pensar en ella. No obstante, y como indican desde la Funeraria Serfunova, “ a pesar de lo poco que nos gusta pensar en ello, el momento, más tarde o más temprano, llega para todos, y afrontarlo supone un duro trago para los que se quedan, que habrán de acostumbrarse a la ausencia del que se ha marchado”.
Evidentemente, en la muerte, como en tantos otros asuntos, todo depende de la cultura a la que se pertenezca. Y mientras en algunas culturas se enseña a los niños que la muerte forma parte de la vida, es decir, nacer, crecer y morir es ley de vida; en España, como en tantos otros lugares y culturas se crece con la idea del ‘para siempre’ lo que dificulta enormemente el momento de decir el adiós definitivo, siendo necesario en algunos casos la ayuda de profesionales.
Faltan todavía varias semanas para que llegue el 1 de noviembre, festivo nacional y Día de Todos los Santos para la iglesia católica. En él la Iglesia celebra fiesta solemne por aquellos difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. En España, es común que este día las familias acudan a los cementerios a depositar flores en las tumbas de sus difuntos, logrando con ello que estos lugares luzcan más bellos que ningún otro día del año.
Sin embargo, y tal y como indican desde la Funeraria Serfunova, “son muy pocos los que saben que el día 2 de noviembre se Conmemora a los Fieles Difuntos, de hecho, existe un enorme número de personas que confunde ambos días”.
Y como bien han indicado, el 2 de noviembre se conmemora el Día de los Difuntos, el objetivo de esta fiesta no es otro que el de orar por aquellos que hace poco que han abandonado la vida terrenal y que todavía vagan purificando sus pecados por el Purgatorio, no gozando todavía de la presencia de Dios.
La diferencia entre estas dos celebraciones es, por lo tanto, más que evidente. En cualquier caso, quizás sea hora de dar un paso al frente y dejar la utopía a un lado, ya que, exista o no vida después de la muerte, lo cierto es que la vida terrenal tal y como se conoce termina en algún momento para todos.
